“Ya me pondré con eso mañana, ahora prefiero hacer otra cosa”. Si te sientes reconocido en esta frase es muy probable que pertenezcas a ese alto porcentaje de la población que tiene tendencia a procrastinar en el trabajo.
Sinceramente, creo que todos somos procrastinadores en alguna ocasión. ¿Quién no ha tenido que hacer algo y lo ha retrasado más de lo que debería?
El problema viene cuando esto se convierte en un hábito, que interfiere con tu productividad y que además te hace sentir mal.
En este artículo quiero hablarte de la procrastinación, un mal contra el que tenemos que luchar a diario todos los profesionales, pero que es especialmente peligroso para quienes trabajamos desde casa en nuestros propios proyectos.
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Qué es procrastinar
Pero, ¿qué significa procrastinar según la RAE? Según la definición que recoge el Diccionario de la Real Academia Española, este término hace referencia a diferir o aplazar algo.
Cuando tienes que hacer un trabajo para la escuela, pero prefieres ponerte a responder a tus contactos de las redes sociales, entonces estás procrastinando.
Si debes sacar una tarea adelante, pero en vez de eso comienzas a limpiar tu escritorio o eliminar archivos viejos de tu PC, has caído en la procrastinación..
Según el profesor de psicología motivacional, Piers Steel, de la Universidad de Calgary, procrastinar “es hacerse daño uno mismo”. Eres consciente de que estás evadiendo una tarea, sabes perfectamente que es mala idea hacerlo, pero aun así lo haces.
Ejemplos de procrastinación
Los ejemplos mencionados anteriormente son los casos más comunes de procrastinación. No obstante, también procrastinas cuando:
- Dices que no tienes tiempo suficiente para hacer determinadas tareas, pero empleas ese mismo tiempo en algo que sí te agrada. El punto central de esto es la priorización de actividades, dejar en la lista aquellos trabajos que son importantes, pero requieren un mayor esfuerzo.
- Siempre crees que necesitas un determinado elemento para empezar a trabajar o iniciar alguna actividad. “Primero debo tomarme un café para poder redactar ese informe”. “Necesito comprarme una equipación adecuada para poder apuntarme al gimnasio”. No te engañes. Son excusas comunes de todo procrastinador.
- “Lo hago más tarde” es quizás la frase por excelencia de la procrastinación. Posponer todo una y otra vez, para terminar haciéndolo a contrarreloj, es un escenario muy usual. Al principio puede que la intención sea real pero, conforme siguen pasando las horas y la fecha límite de entrega se acerca, la sensación de culpabilidad se acentúa y las prisas acaban afectando a la calidad del trabajo.
Razones para procrastinar
¿Qué te lleva a ser un procrastinador? Desde el punto de vista neurológico, se puede decir que cuando estás delante de una tarea que no quieres hacer, en tu cerebro comienza una guerra entre el sistema límbico y la corteza prefrontal.
El sistema límbico, más primario, tiende a huir de lo que no le gusta, mientras que la corteza prefrontal se encarga de gestionar la organización y la planificación.
Por lo tanto, si esta última gana, comienzas la tarea. Pero si gana el sistema límbico, llega la procrastinación.
Otras razones por las cuales procrastinamos pueden ser la angustia o la depresión, Cuando tus ánimos están bajos o tus emociones te controlan se hace muy cuesta arriba hacer frente a tus obligaciones.
La indecisión y falta de autoestima también se suma a estas causas. No creerse lo suficientemente capaz para realizar la tarea es otro motivo para aplazar las funciones encomendadas.
El caso contrario también puede ser contraproducente: el exceso de tiempo o sentir que una tarea es demasiado sencilla puede ocasionar que un trabajo no se aborde en el momento más adecuado. Cuando no sabes organizar correctamente tu tiempo puedes llegar a procrastinar en exceso y a agobiarte cuando toca terminar un trabajo, incluso aunque a priori pareciese fácil.
Si bien éstos son algunos de los principales motivos que llevan a la procrastinación, hay que tener en cuenta que en cada persona se pueden presentar razones de distinta índole, la mayoría relacionadas con su situación personal y emocional.
Efectos negativos de la procrastinación
Además de incidir en la calidad de trabajo que debes realizar, por acabar haciéndolo a última hora, la procrastinación también influye de manera negativa en tu actitud y en tu salud.
Algunos efectos adversos son:
- La dificultad para solucionar problemas y para tomar decisiones. Esto crea un escenario de conflicto interno y la sensación de estancamiento.
- Problemas para organizarte. Terminas postergando todo y, cuando ya no puedes seguir aplazando nada, te das cuenta de que tienes muchas tareas pendientes y que todas las debes entregar al momento.
- No saber afrontar el estrés que te generará la situación de atraso.
- Incluso muchos expertos aseguran que la procrastinación a la larga eleva el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas y malestares relacionados con la presión arterial alta.
Qué hacer para no procrastinar
Dejar de procrastinar es la base para lograr ser más eficiente y aumentar tus niveles de productividad. Aquí te dejo algunos tips o estrategias para dejar de procrastinar que te ayudarán a mejorar tu rutina de trabajo, dejando de lado la tan odiada procrastinación.
- Haz una lista de tus tareas semanales, luego las diarias y prioriza cuáles son las verdaderamente importantes y cuáles puedes dejar para después. No cometas el error de querer abarcar muchas cosas al mismo tiempo. Puedes con todo, pero no con todo a la vez.
- Apóyate en técnicas, aplicaciones y herramientas diseñadas para promover la concentración y la productividad. Pomodoro es una de las más usadas gracias a sus excelentes resultados
- Con la opción de calendario de Gmail podrás bloquear tiempos de trabajo y saber qué deberías estar haciendo en determinadas horas.
- Otras aplicaciones como Asana o Trello te ayudarán a llevar un registro minucioso de las tareas y su avance.
- Cuando una actividad o proyecto resulte muy complicado, trata de fraccionarlo en pequeñas tareas que te permitan ver el avance y no sientas que estás estancado. Así puedes evitar la procrastinación en momentos claves de tu jornada.
- Programa tiempos de descanso y distracción en tu jornada diaria, entre 15 y 30 minutos te servirán para despejar la mente y poder ver todo con una óptica fresca.
Algo que debes tener presente es que estas técnicas o consejos para no procrastinar no son mágicos, no dan resultados de un día para otro. Como todo, dependerá de la constancia y la dedicación que se le ponga al objetivo de querer mejorar.
Beneficios de dejar de procrastinar
Acabar con la procrastinación tiene una serie de efectos positivos en tu vida, tanto profesional como personal, que no debes ignorar. Aquí te enumero los más importantes:
- Lo primero y lo más obvio es que reduces la acumulación de trabajo y, por consiguiente, disminuyen tus niveles de estrés y de agotamiento.
- Te sientes mejor contigo mismo, al darle prioridad a las tareas importantes y no dejarlas para después sabiendo que es una mala idea.
- Tus niveles de productividad aumentan gracias a tu capacidad de organización y planificación.
- Tienes más tiempo para relajarte y disfrutar tus espacios libres sin preocupaciones laborales.
Como ves, procrastinar más allá de ser una palabra que se ha puesto de moda en los últimos años, es un hábito que forma parte de nuestro día a día y que conviene desterrar cuanto antes. Al hacerlo, veremos cómo nuestros niveles de productividad mejorarán sustancialmente y, al mismo tiempo, lo hará nuestra salud.
No es fácil decir adiós a la procrastinación pero, sin duda, merece la pena intentarlo.
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